IGLESIA PARROQUIAL DE LOS SANTOS MÁRTIRES




Este retablo fue realizado por Pedro Pérez Hidalgo en la década de los 40 del siglo XX. El anterior fue destruido en los desastres del año 1931, cuando la iglesia fue saqueada e incendiada. Se perdieron todos los documentos de su archivo, que guardaba libros de bautizos y matrimonios desde el año 1528. Sin posible recuperación, a estos hechos le sucedieron los saqueos de 1936, que terminaron con la conversión del templo en un taller de intendencia en manos del Frente Popular. Hasta el mes de Diciembre de 1945 la iglesia no pudo abrirse al culto.

Las columnas del resto de la iglesia son de capiteles compuestos, corintios y jónicos. Arcos, pilares y paramentos se cubren con yesería dorada y en bóvedas y arcos cuelgan piñas, florones dorados y se repiten motivos como conchas, olas, lazos medallones, querubines y formas vegetales que cuelgan de los paramentos a modo de guirnalda o de festón, con líneas y perfiles quebrados todo muy propio del arte rococó.

En el interior de la iglesia actual hay una serie de espacios devocionales establecidos para el culto de diversas advocaciones que allí se veneran. Otros quedan en mano de cofradías procesionales, exactamente cuatro de sus nueve capillas laterales.

Tres capillas se abren en el lado del Evangelio. Junto al altar mayor se encuentra la del Inmaculado Corazón de María, que es la única capilla de planta elíptica que hay en la iglesia. La imagen fue consagrada por la reina Isabel II. Dos placas hacen referencia a la fundación y  la concesión a la cofradía del Sagrado Sacramento.

La siguiente estancia pertenecía al Hdad. del Santo Sepulcro, hoy en la Abadía de Santa Ana (cister). La parroquia ha colocado en esta estancia el sagrario, donde está expuesto el santísimo permanentemente.

En la separación existente entre esta capilla y la anterior sobre cuerpo de madera dorado se enmarca la talla de un Crucificado y sobre un pedestal una Dolorosa del siglo XVIII.

Pasada la puerta lateral del templo se encuentra la capilla de Santa Gema, imagen que ocupa la parte central de retablo y delante de ella se hallan las imágenes del misterio de la Sagrada Cena, de la Hdad. del mismo nombre. Los dos titulares de esta cofradía fueron realizados por el imaginero sevillano Luis Álvarez Duarte en época contemporánea.

A los pies del lado del Evangelio tiene su lugar de culto la cofradía de Nuestro Padre Jesús de la Pasión y María Stma. Del Amor Doloroso. La imagen del señor es obra de Luis Ortega Bru, año 1977, la Dolorosa es imagen anónima del siglo XVIII.

Pasada la puerta principal y a los pies del lado de la epístola tenemos la Hdad. de Nuestro Padre Jesús de la Columna y María Stma de La O (vulgo gitanos). La talla del nazareno es de Juan Vargas y el de la Virgen de Francisco Buiza del año 1969.

A continuación y subiendo hacia el altar mayor nos encontramos con la capilla de la Virgen del Carmen, imagen que data del siglo XVIII. El niño es de hechura posterior y de autor desconocido. Es una de las capillas más decoradas, retablo de piedra dorado y en las paredes laterales se ubican las imágenes de San Antonio y San Nicolás. Esta capilla perteneció a la familia Martí Torres.

Siguiendo por el lado de la Epístola de forma ascendente tenemos la capilla de Nuestra Sra. de Gracia, patrona de Archidona, la cual se debe posiblemente al patronazgo de los Condes de Buenavista a juzgar por el escudo de la clave del arco. Fue en 1948 cuando el pueblo archidonés consagró esta capilla a la patrona de su pueblo.

La siguiente capilla pertenece a la cofradía de Ntro. Padre Orando en el Huerto, Nuestra Señora de la Concepción y San Juan Evangelista. El retablo de madera policromada es un tríptico que anula las esquinas de la capilla. En las hojas laterales reposan las imágenes de San Juan y la Virgen de la Concepción. En el cuerpo central se halla la figura de Jesús orante cuya autoría fue del imaginero malagueño Fernando Ortiz, año 1756. Decoran la capilla dos lienzos con el tema de la Inmaculada y Santa Clara.

La última capilla del lado de la Epístola es de Ntra. Sra. de los Remedios, imagen que data del 1623, aunque fue remodelada en 1735 por Francisco Bastardo y Cisneros, cordobés. Desde 1735 es la patrona de la Iglesia.

El altar sobre el que se alza la imagen del Niño de los Remedios es un sepulcro de piedra que lleva labrado el escudo de la familia Cosmes de Chinchilla Ramos. En los laterales se conservan dos relieves de madera que representan a San Jerónimo y a San Juan Bautista.

Tanto a la izquierda como a la derecha del altar mayor tenemos dos capillas absidiales, con las imágenes de la Inmaculada y la Virgen de la Angustia, respectivamente. Poseen dos retablos muy semejantes con columnas salomónicas y remates. Las bóvedas están decoradas con el Arcángel San Rafael, San José y el Ángel Custodio, la de la Inmaculada y la de la Virgen de las Angustias representan al Arcángel Gabriel, Santa Ana, la Virgen Niña y el Arcángel Miguel.

La bóveda del altar mayor continúa el programa angélico de los laterales con la representación pictórica del Arcángel Rafael, el Arcángel Baraquiel y en el centro la Trinidad.

El templo tiene dos puertas de acceso, una en su costado lateral que da a la nave del Evangelio.Esta al igual que la fachada se presenta con gran sencillez, sin marcados rasgos estilísticos, mostrando la fábrica mixta de piedra y ladrillo, jugando con la policromía de la tonalidad rojiza de éstos y el blanco que recubre la mampostería. Los perfiles arquitectónicos se dibujan en ladrillo; las esquinas, el zócalo, la curva de los arcos, además de una serie de líneas horizontales dispuestas paralelamente que se rellenan con el trabajo de piedra encalado.

La portada principal da a la Plaza de los Mártires, de ladrillo es del siglo XVI, se abre en un arco de medio punto delimitado por columnas adosadas que se apoyan en altos pedestales y rematan y rematan en curiosos capiteles de grutesco. Una banda decorada con casetones hace de friso y en las enjutas que se forman sobre la curva del arco sobresalen en alto relieve los rostros de los mártires. Ya entrado el siglo XIX, esta portada se resguardó bajo un atrio que abre a la calle en una triple arquería con arcos de ladrillo de medio punto que descansan sobre columnas toscanas de piedra. La puerta de madera tallada es de la segunda mitad del siglo XVIII. A finales del siglo XX se coronó esta fachada con un azulejo con la representación de los Mártires en un escudo.

La reja que se utiliza de cancel en la fachada principal se trajo del Convento de Santo Domingo de Ronda y se colocó en al año 1833, el día de los Santos Patronos.

Pepe J. Cueto
Enero 2019

Cuando los Reyes Católicos entraron en la ciudad de Málaga (18 de Agosto de 1487), llevaron a cabo una rápida adaptación de la ciudad islámica en ciudad cristiana. Para ello repartieron el territorio en cuatro parroquias sujetas a sus respectivas iglesias, que encomendaron a santos a los que los Reyes tenían especial devoción. Una de ellas estaría dedicada a los mártires de Málaga, Ciriaco y Paula, cumpliendo la promesa que hicieron de levantar una iglesia en su honor, agradeciendo el amparo de estos santos en la conquista de la ciudad, tal y como un monje de los jerónimos del monasterio de Valparaíso les había preconizado estando ellos en Córdoba.

Además de dedicar a su advocación una iglesia y su parroquia los Reyes Católicos convirtieron a los santos mártires en patronos de la ciudad. Asimismo cuando otorgaron a la ciudad su escudo lo incluyeron en el mismo, como consta en real cédula del 30 de Agosto de 1494, que concedía a la ciudad su blasón. El día de los santos patronos se celebra el 18 de Junio, al parecer fecha en que lo martirizaron.

LA IGLESIA MUDÉJAR

El templo nació de nueva planta. En el solar que se eligió para su ubicación no había ninguna mezquita, al contrario de la mayoría de las iglesias que solían tener su emplazamiento primigenio en un templo musulmán que se sacralizaba y se reutilizaba para culto cristiano, ampliándose posteriormente ante las necesidades que iban surgiendo. De hecho la reina Isabel dejó en su testamento 100.000 maravedíes ex profeso para su construcción.

La iglesia primitiva respondía a un modelo de planta basilical gótica de tres naves. Este primer templo estaría terminado o por lo menos con posibilidad de uso, antes de mediar las últimas décadas del siglo XVI, pues hay información que confirma que por estas fechas se celebraban actos religiosos. En realidad, desde finales del siglo XVse tienen noticias de la adquisición de terrenos y casa para su emplazamiento y erección que dan a entender que hay gran parte edificada.

Para 1519 están hechas la capilla mayor y la sacristía ya que a fecha del 14 de Julio de ese año se documenta un concierto entre el párroco de la iglesia y el alarife Juan Rodríguez, bajo el que se propone la labor de cubrición del templo, encañando, tejando y encalando la capilla principal, la sacristía, la nave mayor y los costados. Todo el interior del templo se cubrió con una armadura mudéjar de madera.

Los espacios laterales se adecuarían para la práctica del culto privado, tan to por parte de particulares como de cofradías. Se tienen noticias que ya en el año 1530 el converso Rodríguez Álvarez de Madrid, regidor de la ciudad, manda hacer una capilla funeraria en la nave del Evangelio, junto al altar mayor, en la que todavía hoy se puede leer la leyenda en una placa de piedra.

Sobre el 1620 existía un retablo en la capilla mayor, ya que para este año se encargó el dorado y estofado al pintor Juan Cornejo Centeno que lo adornó con tres lienzos por 1000 ducados.

Como toda iglesia cristiana no podía falta un campanario, que sirviese para comunicarse con lo feligreses. En el año 1548 el maestro Bartolomé Pérez, dio por concluida la torre, que se hizo con un pilar central cuadrado que servía de eje interno, a la manera de los alminares islámicos.  En el año de 1567 la torre y una gran parte de lo construido en la iglesia fueron casi destruidas por un incendio. No fue víctima la iglesia del fuego solamente, tan mala suerte tuvo que terminó el siglo con un temblor de tierra sucedido el domingo 18 de Junio de 1581, que según cuenta el historiador Guillén Robles las oscilaciones de la tierra duraron 7 minutos y que en  este tiempo el águila con que se remataba cierta construcción de la cárcel, cayó sobre la iglesia de los Mártires, haciendo en la iglesia gran destrozo, pudiéndose referir a la cárcel pública que desde principios de siglo se había habilitado en la Plaza de las cuatro calles, ampliándose de nueva construcción hasta lindar prácticamente con los Mártires en 1564.

De nuevo una reconstrucción fue necesaria, para que justo un siglo más tarde, el 9 de Octubre de 1680, un terremoto que duró “por espacio de dos credos” asoló la ciudad de Málaga siendo la zona de los Mártires de las más afectadas.

Tras esta nueva calamidad el edificio sufrirá una remodelación a lo largo de todo el siglo XVIII, que hará desaparecer cualquier impronta mudéjar que el templo tuviera, presentándose como nueva iglesia fruto de la mentalidad de la época.

LA IGLESIA MODERNA

El siglo XVIII fue supuso la iglesia de los Mártires un periodo de completa transformación estética, además de la obra de refuerzo que continuamente necesitaba. todas estas intervenciones darán como resultado la entrada en el siglo XIX de un templo de estilo rococó que nada tendrá que ver con el anterior y que será el que aproximadamente llegue a nuestros días.

El templo quedó repartido en tres naves separadas por arcos de medio punto que apoyaban sobre los gruesos pilares ya existentes, que se reforzaron entre los años 1747 y 1748. Los pilares se reforzaron con pedestales de jaspe rojo con incrustaciones en piedra negra en toda la iglesia.

En esta época se traslada el coro de la nave central a los pies de la iglesia. Bajo éste se encuentran dos pilas de agua bendita que se realizaron en la primera mitad del siglo XVIII junto con las que hay en la nave del Evangelio, todas de jaspe rojo al igual que los pilares de la iglesia.

Las cubiertas originales de las naves se respetaron pero se ocultaron bajo una bóveda de cañón encamonada. Las naves laterales se cubrieron con bóvedas de aristas. En las paredes se abrieron capillas de diversas topologías, que se comunicaban con las naves a través de arcos de medio punto.

Después de un nuevo terremoto ocurrido en 1755, se decidió renovar la cabecera de la iglesia. Esta obra consistió en la anexión al cuerpo del templo de una nueva capilla mayor y un crucero que cierra sus brazos en capillas absidiales, con un espacio central  de planta cuadrada cubierta por una cúpula. Estos absidiolos dividen su alzado en tres calles verticales, la central ocupada por retablos con imágenes de los titulares delas capillas.

También se realizaron obras en la sacristía. En el resto del templo se colocaron el suelo de piedra que todavía hoy se conserva en el presbiterio y se pusieron pedestales en los nuevos pilares de la cabecera.

La cúpula del crucero dividida en ocho gajos, se alza sobre un ancho anillo que llena su contorno con ventanas circulares, separadas entre si por columnitas pareadas de capitel corintio y abiertas en el grosor del muro de manera sesgada. En su centro se levanta un cupulín opaco. En las pinturas de los medallones están representados, San Ignacio de Loyola, San Felipe Neri, San Carlos Borromeo, dos mártires, San Esteban y San Juan Nepomuceno y dos padres dela iglesia, San Agustín y San Gregorio.

En las pechinas de la cúpula del crucero se representan alegorías de las virtudes cardinales, la Prudencia (con espejo), acompaña al evangelista Juan (águila), la Justicia (con empuñadura de espada o balanza), a Marcos (león), la Templanza (jarra que derrama agua), a Lucas (toro), la Fortaleza (columna) y Mateo (hombre)

El presbiterio está presidido por un retablo que viste el vano del camarín de planta circular y cubierto con bóveda semiesférica, donde se veneran las imágenes de los patronos. El cuerpo principal del retablo se levanta sobre dobles volutas laterales y se forma con finas columnas de alto pedestal y capitel de orden compuesto, Remata en un gran escudo de España que rompe la cornisa y el pasillo en su recorrido por el cuerpo de la iglesia. En el cuerpo bajo y entre columnas salomónicas y bajo un frontón partido se encuentra un sagrario de plata labrada, con el tema del Buen Pastor y lo corona un Cristo de marfil.

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